martes, 27 de diciembre de 2011

Sentido y sensiblidad

Antes, a los chicos se nos decía con frecuencia: “los hombres nunca lloran”. Sin embargo, M. de Unamuno, en El sentimiento trágico de la vida, nos recuerda con ironía que “El hombre, dicen, es un animal racional. No sé por qué no se haya dicho que es un animal afectivo o sentimental. Y acaso lo que de los demás animales le diferencia sea más el sentimiento que no la razón. Más veces he visto razonar a un gato que no reír o llorar. Acaso llore o ría por dentro, pero por dentro acaso también el cangrejo re­suelva ecuaciones de segundo grado.”
Más recientemente, el famoso neurólogo A. Damasio (autor de El error de Descartes) ha defendido que los sentimientos son parte de la razón, y que nos guían en la jungla de decisiones personales que diariamente es preciso tomar. Quizá esto pueda explicar qué ventaja evolutiva tenemos respecto a la materia insensible: “Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo, y más la piedra dura porque esa ya no siente...” (Rubén Darío).
Finalmente, los creadores del término inteligencia emocional nos convencieron de que las emociones provienen de las regiones más antiguas, esto es, menos evolucionadas del cerebro. Parece, por tanto, que es sólo su transformación (por ejemplo, en arte) lo que es invaluable.

viernes, 23 de diciembre de 2011

Nologismos

En el silogismo la consecuencia se deduce necesariamente de las premisas. Con el palabro nologismo (sin soporte etimológico) describo, humorísticamente, todos aquelos argumentos que conduden atropelladamente a la conclusión deseada. Por ejemplo, hace tiempo encontré un texto que decía: "Por favor, cierre la puerta. ¿Para qué está si no?" Otro modelo que se repite en diferentes variantes es el siguiente:  "Si, como dicen, los vascos tienen Rh negativo, entonces yo, que tengo Rh negativo, debería ser vasco".  
Lo que caracteriza a los nologismos no es la falsedad de sus premisas (que también puede darse) sino la transgresión de la lógica. Su ubicuidad se debe a que, con frecuencia, prestamos menos atención de la debida al expresar nuestras ideas. Esto no quiere decir que las conclusiones sean necesariamente falsas pero, desde luego, hace mucho más difícil que nos entendamos. 
PS: El ejemplo del Rh equivale a confundir "todas las personas embarazadas son mujeres" con  "todas las mujeres están embarazadas".

lunes, 12 de diciembre de 2011

Ricos de izquierdas

Recientemente, un conocido líder de la izquierda se sintió obligado a explicar que su moderada riqueza no era incompatible con sus ideas. Últimamente la izquierda reclama personas honradas mientras los cristianos se manifiestan exigiendo cambios en las leyes. ¿No fue, en su origen, justo al revés? La izquierda necesita urgentemente la opinión sincera de un pobre de derechas (o del banquero anarquista de Pessoa).

sábado, 10 de diciembre de 2011

La nueva mente de la Red

John Searle imaginaba una gran sala (la "habitación china" de Searle) llena de personas que realizan una tarea mecánica (por ejemplo, responder preguntas en chino, sin saber ni una palabra de este idioma, siguiendo un complejo manual de instrucciones escrito en inglés) para argumentar que la comprensión, esto es la inteligencia, es más que la ejecución automática de procesos.

Mientras seguimos sin entender cómo diez mil millones de neuronas crean lo que llamamos actividad inteligente, el número de usuarios de la Red llega a los miles de millones. Invirtiendo el razonamiento de Searle, ¿veremos aparecer nueva formas de inteligencia colectiva, hoy inimaginadas?

El libro de Roger Penrose, La nueva mente del emperador, consigue claridad y rigor al discutir los límites de la inteligencia artificial.

jueves, 8 de diciembre de 2011

Elogio del silencio

Mi país ama la algarabía. Vayas adonde vayas, te encuentras sumergido en un bullicio de voces, melodías y sonidos estridentes. Me sorprende la presencia ubicua de la música, sobre todo allí donde parece empotrada: en los vestuarios, en la consulta del dentista, en el ascensor... ¿Son éstas, acaso, muestras de melomanía? ¿O quizá, de rebelión inconsciente contra el silencio, quise decir, contra la muerte? ¡A mí la SGAE!